El Género, fantasía social contra el ser
Gran cantidad del sufrimiento y conflictos que padecemos sin saberlo provienen de reproducir y actuar la ideología del Género.
El Género es un constructo social que se define como un conjunto de normas, valores y expectativas sociales que nos son presentadas como "lógicas" y "naturales" dependiendo de si pertenecemos a uno u otro sexo. Estos mandatos perpetúan la desigualdad, excluyendo de significado muchos cuerpos y vidas.
Así por ejemplo, algunas características que impone el Género para los hombres son el deber de ser: fuertes, protectores, activos, independientes, inconformistas, fríos, racionales, con fuerte impulso sexual, contundentes, algo violentos, rudos en las formas, buenos para trabajos públicos y políticos, etc.
Mientras que a las mujeres se las valora por ejemplo, cuando son cuidadoras, sensibles, más débiles, pasivas, dependientes, sumisas, intuitivas, con bajo apetito sexual y considerándolas aptas para trabajos sociales y de cuidados.
De esta forma desde la infancia, esa batería de normas y maneras de vivenciarnos la interiorizamos en el proceso de construcción de nuestra de identidad y subjetividad. Esta construcción cultural acaba definiendo nuestra manera de interpretar la vida en pensamientos, decisiones, comportamientos, respuestas emocionales e incluso la forma de modelar nuestro cuerpo y experimentar la sexualidad.
Sostenida desde prácticamente todas las esferas de lo social, todas las personas somos atravesadas en mayor o menor medida por esta falsa construcción que de manera polar y a través de reglas dicotómicas coloca al hombre en un extremo y a la mujer en el otro, sin admitir gradaciones y donde aquell@s que quedan fuera de este espacio se les reprocha, ridiculiza y excluye.
El resultado del Género es que la persona llega a creerse una mujer o un hombre en la medida que alcanza el
estereotipo construido por la cultura a la que pertenece.
Ese estereotipo es siempre un ideal y raramente alcanzable. La persona, al tragar la normativa, la actúa en una especie de teatralización: se comporta, piensa y responde emocionalmente a como lo haría ese supuesto modelo. Cuando estos estereotipos se materializan en conductas cotidianas se denomina roles de género.
El Género como forma de poder
En el sistema actual de patriarcado, donde el poder político, económico y social reside en su mayoría en el hombre, el Género es un principio básico de organización social en todas las culturas que fórmula y define una jerarquización y dominación. Así, las diferencias que establece entre hombre y mujer no son sólo una distinción irreal entre sexos sino que atribuye a las características masculinas superioridad sobre las femeninas.
El Género impone códigos estructurales de dominación más o menos explícitos, como por ejemplo que sea el hombre el que representa la economía de la familia:
¨Si es el hombre quién gana un salario alto en la familia
hablamos de una familia con dinero.
Mientras que si es la mujer
la que tiene mejor salario, decimos
sólo que la mujer es la que gana más dinero¨
En el último siglo, el cuestionamiento y abolición progresiva del Género ha sido un objetivo fundamental en la lucha por la igualdad. El Feminismo como movimiento de cambio social y más concretamente a través de las llamadas Tres Olas del Feminismo ha representado una de las mayores aportaciones a la toma de conciencia y avances en este terreno.
El Género en terapia
En la mirada gestáltica el Género es neurosis, ya que contradice nuestros pensamientos, deseos y emociones reales y en general limita nuestras potencialidades como seres humanos.
En terapia trabajaremos con la persona para que vaya tomando conciencia de hasta que punto ha adoptado los roles asignados, de que manera ha asumido una identidad de género que no se corresponde con ella y en que aspectos le limita para poder superarlas.
Revisaremos la historia familiar y social en la que ha construido y reproducido su imagen de ser hombre o mujer. Pondremos el esfuerzo en ir identificando sus ideales de género, también en reconocer las contraprestaciones y beneficios de su rol con el objetivo de ir dejando atrás esa imagen y poder contactar con su sí mismo.
En los casos que lo requieran pondremos el foco en como son los vínculos afectivos que le
generan sufrimiento entendiendo el amor
de pareja y las relaciones en
general como dinámicas de jerarquía, negación de necesidades, dependencia,
reconocimiento, desigualdad económica y otros tantos factores que tengan que
ver con su idea de Género.
La Gestalt como terapia de la autenticidad y su procedimiento terapéutico son especialmente adecuados para flexibilizar el auto-concepto construido por esta batería de normas que impone el Género y de la que tod@s nos resentimos.